Un recorrido por la reinserción escolar

Por Dania Quezada Rebolledo

¿Y ahora, cómo continuar?

¿Qué sentiré ese primer día en otro colegio?

¿Mi lazo con la Escuela Hospitalaria se romperá abruptamente?

Estas son algunas de las preguntas que los estudiantes que fueron parte de las Escuelas Hospitalarias Salomón se hacen al momento de partir con el desafío de retornar a una escuela convencional,  educación superior o inicio a trabajos formales. 

Cuando pensamos en ellos, que luego de una situación compleja de salud deben volver a sus vidas  de una manera más normalizada, recuperando los espacios o amigos que habían perdido, tal vez, creando otros momentos en un lugar completamente nuevo, es normal que pueda provocar  ansiedad, nerviosismo e incluso miedo. 

El cómo acompañemos a estos estudiantes es la respuesta a estas interrogantes, todo es parte de  un proceso que se inicia el primer día de clases. A esto le llamamos proceso de reinserción escolar,  un protocolo de las escuelas hospitalarias salomón, constituido por cuatro fases que orientan el acompañamiento necesario a nuestros estudiantes, familias y establecimientos que acogerán a los  estudiantes. 

La Reinserción Escolar:

El primer momento; una de las cosas más importantes del primer día de clases, es como se reciba a  los estudiantes, esto marcará un antes y un después en sus vidas, en la manera que se enfrenten a  los cambios y en la reconciliación que muchos de ellos deben tener con los contextos educativos. Las  primeras sonrisas o la conversación inicial con su docente abrirán un mundo que probablemente no  recordaban. Conocer a sus compañeros de curso y sentir que el ambiente es propicio para volver a  comunicar, mostrar quienes son, para algunos tarda minutos, para otros serán semanas, pero si se  les muestra que es un lugar seguro, tarde o temprano se involucrarán con las personas de ese lugar.  

La segunda fase es la permanencia en la Escuela Hospitalaria, donde el docente debe fortalecer la  interacción social, generar un espacio de confianza en otros y la disposición a los aprendizajes  curriculares, es parte del trabajo flexible que debe realizar la escuela. Además de enseñar nuevas  herramientas socioemocionales para su futura reinserción escolar y social. Lo cual constantemente  se menciona, los estudiantes saben que mientras necesiten apoyo la escuela estará ahí, pero cuando  estén listos será momento de continuar con la fase tres. 

El tercer momento, es la fase de preparación del estudiante que se enfrentará a un contexto nuevo,  una escuela convencional donde deberá poner en práctica las herramientas aprendidas. Esta  preparación se realizará por medio de talleres que fortalecerán a los estudiantes, conocer sus miedos  y buscar la manera de entregarles la confianza que necesitan para sentir que es posible continuar  avanzando, el proponerse metas personales para crecer, nos muestra que la disposición es diferente,  creen en ellos, hay iniciativa al cambio.

Con los padres se debe realizar un acompañamiento respetuoso, abordando sus miedos,  aprensiones y preocupaciones constantes, provienen de mucho dolor y desolación a la familia, ven  a la Escuela Hospitalaria como un refugio para el alma de sus hijos, donde muchos de ellos volvieron  a confiar, tener amigos y a abrazar la vida luego de momentos muy tristes. 

Sobre la escuela convencional, esta puede ser de donde provenía el estudiante o un lugar  completamente nuevo, deben saber que la escuela hospitalaria continúa como red de apoyo al  menor y que busca ayudar, por ende, están dispuestos a brindar un acompañamiento a su nueva  institución. 

Finalmente nos encontramos en la cuarta fase de reinserción, el seguimiento de los estudiantes en  sus nuevas escuelas, donde continuamos viéndolos en talleres que se realizan enfocados en sus  procesos y cambios por este nuevo viaje que emprendieron, donde escuchamos el cómo se  enfrentaron a cada desafío, cuando sintieron temor, y si ellos lo manifiestan, podemos aportar con  intervenciones en las escuelas a favor de un acompañamiento propicio a las necesidades personales  de cada estudiante que lo requiera.  

Gracias al seguimiento también podemos saber si la reinserción en algunos casos no fue satisfactoria  y necesitan nuestro apoyo nuevamente. Estamos para no abandonarlos y ese compromiso continúa  presente.  

Uno de los momentos más significativos de este proceso, es verlos enfrentando la vida con  esperanza, fe y confianza, el trabajo que cumplen las Escuelas Hospitalarias debe ser integral, no  podemos trabajar el área pedagógica sin trabajar el área socioemocional. 

Nuestra mirada es entender la educación como un derecho que debe ser entregado con amor, aulas  inclusivas, respetuosas y desafiantes, pero donde la finalidad siempre es la misma, poder  acompañar, proteger y educar a cada estudiante que mientras exista una situación de salud difícil,  recibirán la educación que necesita de parte de ellas. 



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